"Alhajita es tu canto" es uno de los versos
de "Zambita de los pobres", composición de don
Atahualpa Yupanqui. La frase poética, subtitulada con el
concepto (acuñado por Pierre Bourdieu) de "capital simbólico",
nos pone sobre la pista de la propuesta analítica de Ricardo
J. Kaliman en este texto insoslayable para comprender, desde una
perspectiva propia de la sociología de la cultura, la conformación
del campo de la moderna música folclórica argentina.
La información que aporta Kaliman se vuelve fundamental
para cualquier investigador que quiera trabajar con seriedad objetos
culturales etiquetados como "folclore" desde el sentido
común: lejos de esencialismos y de miradas analíticas
esquemáticas, el texto articula herramientas propias de la
crítica literaria con una serie de datos contextuales, indispensables
para iluminar una zona discursiva descuidada, o directamente ignorada,
por la academia argentina. Es justo recordar que ha sido el propio
Kaliman, junto a un grupo de investigadores de la Universidad Nacional
de Tucumán, el primero en preocuparse, desde una perspectiva
crítica, por subsanar el olvido.
"¿Por qué el reconocimiento a la obra de
Atahualpa Yupanqui se alza casi omnipresente a lo largo y a través
del abigarrado conjunto del folclore argentino moderno?"
Este interrogante, que funciona como disparador de la argumentación,
será minuciosamente respondido a lo largo de las más
de 150 páginas que forman Alhajita es tu canto.
Leyendo los resquicios de las letras de Yupanqui, en un corpus
breve pero preciso para reconstruir el capital simbólico
del cantautor tucumano, el análisis complejiza las representaciones
identitarias subyacentes en el discurso folclórico argentino,
reconociendo en el decir del canto yupanquiano matrices que incluyen
el esencialismo hegemónico (el folclore pensado por intelectuales
orgánicos como Lugones o Rojas) junto a discursos subalternos
cimentados, en el caso de Yupanqui, por la reivindicación
de un temprano indigenismo y la experiencia democrática del
populismo yrigoyenista. Pero también la vivencia trashumante
del hombre de campo, poseedor de saberes no validados por el racionalismo
moderno y, al mismo tiempo, víctima de las desigualdades
sociales impuestas por las clases dominantes.
Al analizar el discurso de Atahualpa, discurso omnipresente en
la conformación y consolidación del campo folclórico
moderno, Kaliman logra confirmar una de sus premisas argumentativas:
el campo del folclore moderno es "un terreno de lucha por
la definición y redefinición de la colectividad que
se pretende expresar en él". Un terreno de lucha
definido originalmente por la oligarquía terrateniente, y
sobre cuya oposición hubo que negociar otros sentidos. Terreno
en el que, por cierto, el peronismo no dejó de marcar su
huella, consolidando el circuito industrial folclórico al
ritmo de las migraciones internas que, ya desde la década
del 30, alimentaron las grandes ciudades, especialmente Buenos Aires
y su conurbano.
Debo señalar la vocación de apertura que propone
Alhajita es tu canto: "Este libro no pretende
ser exhaustivo ni definitivo. El campo en el que se sitúa
es no sólo complejo sino además relativamente inexplorado".
En tal sentido, la elección del análisis literario
se presenta como un camino posible (y en el caso de Atahualpa indispensable)
para investigar esta zona cultural. El análisis musicológico,
sin embargo, no se descuida: descripciones breves y sutiles de armonías
yupanquianas, lo mismo que de su estilo de canto, sirven para dar
pistas a futuros investigadores que quieran profundizar, por ejemplo,
en el saber de los acordes criollos utilizados por Yupanqui. La
relación del cantautor con la industria de la música
tampoco es ignorada, dejando abierta la posibilidad de estudiar
las transformaciones de esta industria y su relación con
las rutinas productivas del género.
Alhajita es tu canto se presenta, entonces, como un texto
pionero e indispensable para comprender el surgimiento y la consolidación
del folclore argentino moderno, complejo proceso social, dinámico
y contradictorio, que continúa transformándose (a
pesar de los discursos puristas y esencialistas) en una redefinición
identitaria constante.
Un enfoque crítico y original a uno de los textos fundacionales
del folclore moderno: la obra de don Atahualpa Yupanqui, lugar de
cruce de saberes y conflictos que, hasta este libro, nunca se había
abordado con la rigurosidad merecida.