Verónica Bermúdez Reinhardt

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LIBROS: "Debates y combates. Por un nuevo horizonte de la política" de Ernesto Laclau (Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2008, 140 páginas)

La izquierda académica del nuevo siglo se esfuerza, con cierta desesperación, en reinventar o readecuar sus definiciones tradicionales de la sociología y la ciencia política, con el objeto declarado de retomar la iniciativa.

En ese escenario cabe ubicar el texto que comentamos y que reúne un conjunto de ensayos de Ernesto Laclau, publicados entre los años 2003 y 2007, en donde el autor arremete contra algunas de las posiciones conceptuales de Slavoj Zizek, Alain Badiou, Giorgio Agamben y la dupla Hardt-Negri.

Laclau, que ya venía sosteniendo este tipo de discusiones en sus trabajos anteriores, particularmente al desarrollar su concepción del "populismo" y las variables que lo configuran, como los llamados "significantes vacíos", "significantes flotantes" y la "heterogeneidad constitutiva" (v. "La Razón Populista", FCE, Bs.As., 2005), vuelve aquí a plantear lo que considera aspectos cruciales del reciente debate político de la izquierda.

Con Zizek, la controversia adquiere características de enfrentamiento personal. Si bien se inicia respondiendo las críticas del primero a su teoría del populismo, Laclau se empeña en desarmar lo que, según adelanta en su introducción, es una "una mezcla indigesta de determinismo económico y subjetivismo voluntarista, a lo cual se añade una distorsión sistemática de la teoría lacaniana" (pág. 11).

A Badiou, por el contrario, lo trata con mayor respeto, al entender que sus reflexiones éticas se encuentran cercanas a sus enfoques teóricos. Es destacable, en este aspecto, la discusión de Laclau en torno a las nociones de "situación" y "acontecimiento" así como sobre las fuentes del compromiso ético. Rescatamos como muestra que "para Badiou, la política emancipatoria tiene lugar estrictamente fuera del terreno del Estado; desde nuestra perspectiva, la lucha tiene lugar, a la vez, dentro y fuera del Estado: de lo que se trata es de constituir, a través de una construcción hegemónica, un Estado integral, en el sentido gramsciano del término" (pág. 106).

Por supuesto que un autor dedicado al populismo no podía dejar de renovar sus críticas a la noción de "multitud" de Hardt y Negri, que tantos reproches mereció a partir de la publicación de "Imperio". Sin embargo, este ensayo es -quizás- el menos enriquecedor del libro, al no aportar nuevas observaciones al seudo concepto elaborado por el conocido dúo. La conclusión del trabajo, en cuanto a que "las multitudes nunca son espontáneamente multitudinarias; sólo pueden llegar a serlo a través de la acción política" (pág. 140) resulta elemental.

Más allá de ello, creemos que el análisis más interesante es el referido al punto de vista de Agamben sobre su Homo Sacer y el campo de concentración como paradigma político occidental (en rigor, paradigma biopolítico). Laclau rechaza la aplicación de la idea del campo concentración propuesto porque, en el fondo, "el mito de la sociedad plenamente reconciliada es lo que gobierna el discurso (no) político de Agamben... su mensaje final es el nihilismo político" (pág. 123).

En síntesis, como exponente del llamado post-marxismo, Laclau acierta en poner en evidencia las "ventanas" que ofrecen las distintas tesis de la izquierda europea reciente (aunque le reproche a Zizek su afiliación al Partido Liberal Democrático de Eslovenia, v. pág. 64). Sin embargo, su dedicación no alcanza para ofrecer, más allá de sus anteriores aportes sobre el populismo, otras novedades que se puedan destacar del panorama actual.

En rigor, ante el abuso de las metáforas extraídas de las guerras mundiales del siglo XX, las novedades son ciertos "redescubrimientos" de autores como Hobbes, Santi Romano, Schmitt, que son abordados parcialmente, en un intento de encajarlos en las visiones del ensayista. De allí que no asombre su resignación ante el fracaso de la revolución mundial, aunque se la quiera ver solo por sus efectos "dislocatorios" (pág. 53).

Para quien le interese, se aconseja su lectura junto con la saga de Homo Sacer de Agamben (especialmente su Estado de excepción, AH Editora, Bs.As., 2004).