Carlos Real de Azúa

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“Antología del ensayo uruguayo contemporáneo”(*)

Alberto Methol Ferré (1929)

Inquieto por la política y el destino colectivo, Methol ha sido un analista curioso de los mecanismos internos de la primera, que lo atraen con fascinada persistencia. A ese interés, tan lúdico (en puridad) como científico, tiene que imputarse el modo neutral, raigalmente “maquiavélico” en el mejor sentido del término, con que se ha inclinado sobre los hechos del Poder sin la (por lo menos visible) secuela de resonancias éticas que son habituales. Su estudio sobre el peronismo, en QUE, de Buenos Aires, de 1958, por ejemplo, ha sido juzgado con justicia como una pieza capital de esta visión lúcida y compleja, más inusual todavía cuando se vierte sobre movimientos histórico-políticos ambiguos, oscurecidos por la pasión, los intereses y hasta la simpleza. Su análisis de las condiciones de la propaganda política en el medio rural en “¿Adónde va el Uruguay?” (TRIBUNA UNIVERSITARIA, n° 6-7) es, al margen de su tesis central, igualmente penetrante, original, alcanzado sin andadores.

Pero esto no es sólo una perspectiva preferida, una, en cierta manera, actitud gnoseológica. Responde también a una convicción sobre la índole de la realidad misma, histórico-política, social. Las notas de “contingencia”, de “ambigüedad”, del fenómeno político, a resistencia de todo lo realmente importante a ser esquematizado, conceptualizado, previsto, ha pasado a menudo en Methol de ser una convicción de naturaleza intelectual a convertirse en una dispensa pragmática no exenta de riesgos. Dispensa de prever la dirección que las cosas toman. Dispensa al esfuerzo de instrumentalizar la acción política a la realización, a la encarnación de valores ético-sociales. Esta seguridad en que el espesor de lo real siempre va a bajar el impacto respecto al blanco que se apunte puede recalar en un maquiavelismo vulgar; ya decía en una breve polémica con Methol el valioso y llorado Rodolfo Fonseca Muñoz (MARCHA, nos 833-834) que, si con la certeza de que la gravedad va a rebajar nuestra puntería ya apuntamos bajo, nuestro proyectil picará más abajo aún.

Pero anótese, para los fueros de la verdad, que este maquiavélico Methol que orquestó para paladares cultos y con brillantez indisputable la ideología del “ruralismo” recién triunfante (el ya citado estudio “¿Adónde vamos?”, reeditado en folleto en 1959 y en Buenos Aires, el mismo año, con el título “La crisis del Uruguay y el Imperio Británico”); este maquiavélico Methol que sostuvo la significación histórica decisiva de las elecciones de Noviembre de 1958 (MARCHA nos 940-943 y POLÍTICA, de Buenos Aires, n° 1), este maquiavélico Methol se desvinculó del movimiento en el ápice de su influencia, cuando llegó —sin duda tras muchos “agonizing reappraisals”— a la madura certeza sobre los móviles, afinidades y sustrato social de la fuerza a la que él (marginal a sus intereses, a medias a convicción, a medias a ardida esperanza en poder orientar proficuamente su rumbo), había dotado de novedosa fundamentación (MARCHA, de febrero a abril de 1961, nos 1047-1049-1051 y REPORTER, nº 8, de marzo de 1961).


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En otros aspectos, no puede negarse que la brillantez, la versatilidad, la imaginación barroca de las posibilidades de la acción histórica, el gusto por la actuación vicarial y el adoctrinamiento de los jefes, el manejo consciente de fuerzas ciegas y contundentes es demasiado fuerte en Methol como para haber desaparecido con aquella experiencia, triste y cerrada no sólo para él. Las tentativas de una aglutinación de “izquierda nacional” lo tuvieron entre sus promotores y si el fracaso transitorio de la iniciativa (tal vez con otras cautelas, otros rótulos, otras alianzas, otras técnicas, otros planos de acción) no quiere decir que esté clausurada, esa continuación es seguro que lo contará entre sus teorizadores.

 

(*)Ed. Universidad de la República, T.II, Montevideo, 1964