El concepto de Kitsch alcanzó al "progresismo" argentino ("mierda no es solo el kitsch, sino quien niega que el kitsch sea una mierda"). La falta de ideas, el pensamiento croto, la retórica colonial (soberbia y "afrancesada") comenzó siendo el principio y hoy es el fin. Primero, con música de bailanta; hoy, de murga uruguaya: algo en lo que sólo creen los que viven de ella.
Mientras la mafia financiera internacional -acreedora de la Argentina- prepara el zarpazo como en la década de los 30 para regenerarse (y el método parece ser el mismo, Obama mediante: nuevas guerras a escala planetaria), aquí nos desayunamos todos los días con "propuestas" económicas mentirosas, carentes de sustento práctico y sin viabilidad, sobre la base de la manipulación de los datos contundentes de la realidad: crisis (que se niega) desempleo (que se niega) pérdida del poder adquisitivo del pueblo (que se niega). Eso sí: "consuma más por que si no se viene la noche". Esta es la propuesta delirante arrojada al voleo después de entrar a sangre y fuego en los bolsillos, con aumentos de las tarifas de los servicios públicos, de las tasas municipales y de los impuestos provinciales. El Gobierno está con una credibilidad pública tan baja como la de la primer Presidente argentina (Isabel Martínez de Perón, mal que le pese a muchos), pero con una situación interna menos explosiva (hoy la "juventud" no plantea la toma del Estado por las armas, sino que aquellos jóvenes del 70 hoy están contratados por el Estado; ni la Triple A los anda amasijando, ya que sus miembros gozan de hospitalidad carcelaria).
"...y que digan los muchachos: Es una buena mujer"
Se desconoce cual sea el trabajo de los ministros, empezando por el de Economía ya que no hay plan, no hay proyecto ni aún de corto plazo, no hay nada. En cinco años de gobierno la chata arenera no se hundió porque había marea baja. La pérdida de ingresos nacionales unida al descrédito del Gobierno, torna imposible el apoyo popular a un grupo al que ya no se identifica como timón del Estado, sino como secta arrinconada, que se evade farandulescamente con charlas pretenciosas y anuncios ridículos como los desfiles de Giordano. Y fotos, sobre todo fotos.
El encuentro de la Presidente con Fidel Castro -para el álbum de los nietos, ya que resulta políticamente intrascendente- contiene varias contradicciones: la más obvia es el mensaje de aislamiento en un contexto de crisis internacional, porque hay que negociar con todos (inclusive con Cuba y Estados Unidos). Otra, es que no se ha aprendido nada de la Revolución Cubana. Si las metas socialistas fracasaron, no es menos cierto que la Independencia y la Soberanía Política (dos de las banderas del peronismo) fueron los mayores logros de aquella, algo que está alejado de la práctica política de éste Gobierno. Ni hablemos de la Justicia Social: El "mundo paralelo" K ha transformado a la Argentina en la patria del subsidio y el desempleo crónico inducidos por el Estado. El mayor logro desde el Ministerio de Trabajo de la Nación para paliar la crisis generada desde el sector externo, ha sido congelar sueldos y rotar suspensiones del personal en el conflicto metalúrgico: toda una (contra) revolución y un modelo para los tiempos inmediatos. La República (formalmente: la división de poderes) ha degradado en República bananera (aquí, las bananas tienen cuernos como lo demostró el reciente conflicto con el "campo": el rumbo argentino depende del matambre).
El "kolaboracionismo"
La derrota de las potencias del "Eje" dejó al desnudo una realidad vergonzosa para muchos países: la del colaboracionista, figura en la que militaban oportunistas y convencidos, pero todos adentro del mismo tacho de basura. Algunos lograron reciclarse (pensemos en franceses e italianos, con "maquis" y "partiggiani" de los últimos quince minutos antes de que termine la guerra). Aquí está sucediendo lo mismo. Los roedores ("rattus norvegicus", también llamada rata común) con ese instinto de supervivencia propio y milenario, van abandonando el barco. Pero es el momento de agilizar la función de la memoria: hay que RECORDAR para atajar cualquier intento de retorno gatopardista de los que por "izquierda" y por "derecha" son los "kolabó" de este Gobierno. Son los cómplices de la corrupción y de la decadencia, de la nulidad y de la falta de rumbo. Son los que privilegian el siglo XVIII (Bolivia, Venezuela, Paraguay, Perú, Ecuador) por sobre el siglo XXI (Argentina, por si alguno tiene dudas). La pudrición de los partidos políticos -los tradicionales, y los no tanto- permitirá tocar fondo, para impulsarnos a la superficie. Pero ello requiere algo más que la educación tradicional: se requiere amor a la patria, un nacionalismo defensivo y la puesta en práctica de la "urgencia (por momentos desesperación) inteligente".
d.a.