“Ellos no perdonarán jamás que el
general Perón haya levantado el nivel de los trabajadores,
que haya creado el justicialismo,
que haya establecido que en nuestra Patria
la única dignidad es la de los que trabajan.
Ellos no perdonarán jamás al general Perón
por haber levantado todo lo que desprecian:
los trabajadores, que ellos olvidaron; los niños y los ancianos,
y las mujeres que ellos relegaron a un segundo plano”
EVA PERON
Cabildo Abierto del Justicialismo
Plaza de Mayo (22/08/1951)
En medio de una crisis financiera internacional, de cuyos antecedentes, golpes cotidianos y posibles consecuencias para los argentinos los economistas afines al Gobierno y los progresistas de la “visión catastrófica” del capitalismo NO ALCANZAN A EXPLICARSE NADA (¿cómo afrontarla si solo tienen ideología libresca y carecen de decisión?), los Kirchner (y su grupo) siguen apostando a desligarse del pueblo, de la Nación y del mundo.
El asalto en curso a los fondos de los futuros jubilados, disfrazado de ideología caritativa y determinado sórdidamente por las necesidades –siempre económicas-, preanuncian el pálido final de gestión de esta alianza entre el hambre y las ganas de comer que representa la “elite” colonial, llamada kirchnerismo. Aunque la palidez podrá resultar del estado de semblante, por las condiciones en que deberán abandonar el poder.
El fallo de caja que motiva el asalto al ahorro generado por el trabajo argentino, seguirá sin resolverse, ya que se trata de llenar un gran agujero con tierra de otro agujero más chico. Aunque restan todavía mecanismos para la apropiación fraudulenta: un porcentaje más alto de la coparticipación federal, inflación, las cuentas en dólares, depósitos varios, confiscaciones etc. La mayoría de los jubilados mientras tanto apuesta, razonablemente, a que sea el Estado quien los esquilme, pues, en definitiva, será el Estado el último palenque donde rascarse (es imposible siquiera sospecharlo de las AFJP). Aunque no es menos cierto que otra cantidad no menos importante de jubilables apostó a que con las AFJP tenían una oportunidad más: entre la horca y la ruleta rusa habían optado por ésta última.
El año 2009 será el año en el que la crisis económica, política y social se presentará de modo más agudo (aunque ya es crónica) en todos sus ámbitos, y es el año de vencimientos de la deuda externa, de elecciones y de…pago de jubilaciones. Aquí el emblema de la crisis será la frazada corta en un marco de recesión. ¿Cuántos morirán de congelamiento en un país de marginalidad catastrófica, trabajo en negro, trabajo precarizado y despidos?
El nacionalismo defensivo y pragmático, necesario en esta etapa, y obviamente nunca instrumentado, es sustituido por un aislamiento ofensivo e impracticable. La expansión del mercado interno por la vía de la expansión de la producción y de la distribución, se la deja en manos de las PyMES que registran la mayor cantidad de trabajo en negro y sobreexplotación de la mano de obra, pero que garantizan al gobierno “una baja de la tasa de desempleo”: en ese esquema de violencia clasista, un semi-esclavo sin garantía de comida para el día siguientes, es considerado trabajador por estos bandidos.
La expansión de la obra pública sin norte (Ej: la habilitación de talleres ferroviarios en Tucumán sin un plan ferroviario, limitado al fracaso del tren-bala) hipoteca el futuro inmediato de la Nación. Lo que debiera servir para eliminar la patria subsidiaria (denominador común entre este gobierno y la Patrona de las Pampas, la hermana Carrió) se articula como una fuente de ingresos de una gestión crecientemente corrompida. La “labor” del Gobierno ha devenido en una versión más compleja -sobreimpresa a los restos de un Estado Nacional en extinción- de la vieja Sociedad de Beneficencia, conservadora, humillante y reaccionaria. El Estado debe intervenir fuertemente (desde hace 7 años atrás !!!) pero se encuentra imposibilitado: por la incapacidad de los responsables de la gestión de sus aparatos y por las anteojeras ideológicas, propias y de quienes los acompañan, aunque están cayendo abruptamente, arrastradas por el peso de la corrupción.
UN POCO DE POLÍTICA INTERNACIONAL
Los católicos (por lo menos el sector fundamentalista) sostiene que el anticristo se presentará con un manto redentor para engañar a las almas buenas, aunque confían en un final feliz. En Estados Unidos, los fundamentalistas cristianos del Ku Klux Klan deben percibir –erróneamente, como siempre- que el anticristo pegó el primer aldabonazo en la puerta: Ganó el mestizo Barak Obama. Pero tendrá un final feliz. Si bien se ha dicho que cualquier tonto puede ser Presidente de los Estados Unidos, ningún tonto puede ser Presidente de la General Motors. Y Obama sin militar en el segundo grupo, tampoco parece hacerlo en el primero: resultó ser la opción más creíble frente al “tonto” de McCain, un pagaré sin fondos endosado por Busch. Sin duda Obama contará durante un corto tiempo con la simpatía de gran parte del pueblo norteamericano (sería mayor, con la piel más blanca: Michael Jackson fue un precursor).En definitiva, la inteligencia promedio del norteamericano no excede la de cualquier medio pelo tercermundista, y el reacomodamiento del zafarrancho financiero se llevará puestos a muchos de sus votantes. Porque si bien el mal está en el sistema doméstico, el bien no son los pobres de ese sistema. Ni los del Tercer Mundo (Argentina), que contribuirán a pagar la “reconstrucción”.
En este marco levemente caótico, la política exterior de la Argentina pasó de su privatización (Menem) a su inexistencia (Kirchner x 2). Luego de abandonar la carpa que los cobijaba con el bufón caraqueño, y el poco lucido papel en la crisis del Ekeko de La Paz (se le reclaman muchas cosas a un ser mitológico con mucha carga), el trajín exterior quedó reducido a la foto revolucionaria: la última fue en Argelia (sin olvidar los conatos de acercamiento al actual Khadafi, un hombre funcional al imperialismo francés e italiano: si hasta Berlusconi lo quiere. Y los franceses en el Chad, más). El último desembarco argentino conocido en el norte de Africa, en tierras de Ben Bella, Houari Boumedienne, del mítico Frente de Liberación Nacional y del joven Khadafi (Ah! aquellos tiempos!) fue el de José López y Gelbard, insospechados de cualquier conato revolucionario, para hacer negocios allá por el año 1973, aunque afines a la descolonización (recordemos que aún subsistían varios imperios coloniales, entre ellos el “imperio” portugués capitaneado por Marcelo Caetano y, como hoy, Malvinas). ¿Que tienen en común aquellos años y éstos? La misma posición relativa de los nor-africanos y Argentina como países dependientes… y la foto. El astrólogo cantor y el comunista burgués (casi una tautología) llevaban adelante una política de comercio exterior, real. Esta vez, sacamos a pasear el rolex entre miserables.
SOBRE LA OPOSICION EN JODA
La política se ha transformado de arte en pos del bien común, en vía ultrarrápida para la traición y el transfugismo: No se advierte el cambio cualitativo del nuevo “bloque” de legisladores “armado” por viejos menemistas, duhaldistas y kirchneristas devenidos en neo-opositores con vistas a las elecciones del 2009. En particular, su integración por hombres quienes como Felipe Solá asolaron la provincia en nombre de Kirchner (“el mejor presidente de la historia argentina”, F.S. dixit) y que descubrieron que hoy en el “kirchnerismo no hay espacio para el diálogo”, cuando siempre vivieron lamiendo los mocasines del neo- innombrable.
Mientras la Patrona de las Pampas (la Tostada Eterna) anuda con el cadáver poco exquisito de la UCR para perpetrar el Cleticidio; y Macri no solo no puede pasar de la General Paz sino que sus lazos (y los familiares) con la Patria contratista lo momifican en el fracaso político. Mientras los docentes felpudos de la CTERA y diversos movimientos autodenominados sociales se movilizan –fogoneados por el Gobierno Nacional-para acelerarle el tránsito en este mundo.
Por supuesto, para algunos ilusos –sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, estado de gracia que comparten con los macristas de ese pago- queda la esperanza morocha (blanca ya no queda ninguna) llamada Duhalde quien, como la tortuga, cada tanto saca la cabeza y la esconde a cada golpecito en el caparazón. En definitiva, cuando se haga el DVD obligatorio sobre la historia del período para vender en los quioscos, bastará con seleccionar los pasajes tragicómicos de la película “El regreso de los muertos vivos”. La transición se presenta embarrada.
EL DERECHO DE AUTODEFENSA POPULAR
La dictadura militar (1976-1983) asesinó a una parte de una generación argentina. La democracia (1983-...) literalmente volvió imbécil a una gran parte de dos generaciones, y no cesa en sus logros. Si aquella instaló el miedo hasta el tuétano (basta pensar en las producciones supuestamente “críticas” de los “intelectuales”, incapaces de llegar al fondo de cualquier cuestión), ésta remachó la trivialidad como concepción de mundo, con metodologías tomadas de “1984” de Orwell. Para quien sospeche que esto es un exceso basta memorar el contenido del cóctel que va desde los “productos” Tinelli-Sofovich-Pergolini a Pigna-Pacho O´Donnell-Romero, las fruslerías intencionadas que van del canal “Encuentro” y canal “7” al “History Channel”, los “productos” Mariano Grondona y Lanata, y los homólogos de cualquiera de ellos en cualquier ámbito de la “curtura”. Todos estos productos “curturales” expresan la transmisión del fraude intelectual y moral y la recreación de la mentalidad servil, sea que se presente como “progresista” o abiertamente reaccionaria.
La crisis de la representación que ampara este ámbito, trivial y letal a la vez, comenzó con la última etapa del Gobierno de Isabel Perón, lo reforzó la tiranía ignominiosa de las charreteras y los remachó la “democracia”: desde el incompetente Alfonsín, que no sabía para que servía el Estado y capituló ante militares y banqueros, pasando por Menem quien licuó no solo los activos populares sino que hizo lo mismo con los contenidos de los aparatos del Estado (entre cuyos pocos méritos, justo es decirlo, está el de haber salvado a la democracia- pocos recuerdan la chirinada de Seineldin en diciembre de 1990) hasta la última etapa –un verdadero continuum- entre la Alianza (De la Rua-“Chacho” Alvarez- Carrió-), Duhalde y los Kirchner: todos antimenemistas, todos anti-“noventistas”, todos nadando como peces carroñeros alrededor de la Orca petrificada que resultó el menemismo.
El Estado renunciando a sus funciones trajo como resultado hambre, muerte por hambre, muerte a secas, embrutecimiento creciente y la extinción psicológica y física, lenta y en cuotas de los marginados –tal como la predicaba José Ingenieros de los indios.
¿Qué hacer ante este cuadro? ¿Mirarlo? La Constitución Nacional, el cuadernito devaluado que todavía nos “ampara” (aunque se parece al “paraguas” político de Duhalde: le falta la tela) nos impone: “Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la patria y de esta Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo nacional. Los ciudadanos por naturalización son libres de prestar o no este servicio por el término de diez años contados desde el día en que obtengan su carta de ciudadanía”. (art. 21). La razón común nos impone la siguiente conclusión: si cada ciudadano está obligado a armarse para defender a la Patria ¿cómo podrá hacerlo si corre el serio peligro de estar muerto antes de esa hipotética guerra, al abandonar el Estado convocante el resguardo de la integridad física del ciudadano? Hablamos de inseguridad pública y del derecho natural de los ciudadanos a armarse en defensa propia, hasta que se penalice la mera tenencia de armas en la vía pública con penas gravísimas. Hablamos, concretamente de la formación de Comités de Defensa Territorial para la protección de los más débiles. El déficit estatal nos trajo la educación privada, la medicina privada y la seguridad privada, para los sectores de altos recursos. Pero ¿quién se encarga de la protección del pueblo? Aquí vuelven a resonar las palabras proféticas y dramáticas de Perón: solo el pueblo salvará al pueblo.
d.a.