“Por eso entre nosotros se repite la historia
dentro de un ritmo implacable que espanta.
Se repite en idéntica forma, con sus detalles
tragicos y cómicos, y sus pasiones, su odio
y su violencia; se repite abrumadoramente
hasta en sus frases de un realismo desola
dor y brutal.”
Alcides Arguedas, “Historia General de Bolivia”
Los lingüistas del mundo anglosajón crearon el concepto de lenguaje “performativo” para expresar aquellos enunciados (dichos, afirmaciones) que a la vez que describían el hecho lo realizaban en el acto de la expresión. Un ejemplo de larga cita en nuestro ámbito es la expresión de Evita: “no quedará ningún ladrillo que no sea peronista”. La afirmación iba acompañada por el compromiso ético, el emotivo y por su realización (mientras hablaba, los ladrillos iban siendo peronistas). ¿Cual es la diferencia en los tiempos que corren entre aquella “performatividad” peronista y el galimatías discursivo (1) actual?
Hoy tenemos una Presidente cuyas afirmaciones pretenden un sustento ético que no aparece por ninguna parte, su emotividad parece descolgarse de problemas personales y la realización está ausente. El proyecto nacional (justicia social-independencia económica-soberanía política) ha sido eliminado (desde hace muchas décadas) y en su reemplazo asistimos a la verbalización de un vagaroso “modelo”, término éste de origen matemático “adaptado a las “ciencias sociales”. Claro que el “modelo” de Cristina Kirchner no es definido en su contenido (porque no lo tiene) ni en sus objetivos, reducido a afirmaciones provistas por antropólogos descerebrados (inclusión, identidad, alteridad, etc.).
El fruto amargo de una realidad a la que arriba montado en la corrupción, la política suplantada por la “viveza”, la incapacidad de sus ministros y el felpudismo de la segundas líneas (que “sobreviven” también en su propia corrupción, en la picardía criolla y su propia incapacidad), pretende encubrirse mediante discursos presidenciales en los que nadie cree y que fueron alcanzados por la “posmodernidad”: las ideas políticas “fuertes”, la teoría de fondo (principios y doctrinas) desaparecieron y son suplantados en esta logorrea por un “script”, un libreto mecanizado. Pero no todo es tan árido: el libreto es acompañado por su interpretación teatral, bastante deficiente, donde se nota la influencia del azote actoral de Andrea del Boca. Lo que debe ser la comunicación al pueblo deriva en una ensayo filodramático de barrio. El problema que el ensayo es tenido por la versión definitiva.
LA EPICA DE LOS 15 MINUTOS
La capacidad gubernamental de hacer nada bien, hasta lo más obvio, tiene en la mitomanía el primer resguardo para no anoticiarse de sus desastres. Aunque lentamente va deslizándose a la esquizofrenia, a dobles y triples personalidades según los intereses de ministros y felpudos.
La Presidente y su grupo asociado, con más los “comedores de monederos” (al estilo de los hoy presos Shocklender: ¿por qué no está presa Hebe de Bonafini y su banda que militan en la misma categoría?) alegremente promueven la “reescritura” de la historia a través de profesores sin talento de escuela secundaria, apadrinados algunos por dirigentes sindicales irresponsables que dilapidan los ingresos de sus representados en esa bazofia (“para quedar bien con el gobierno”). Estos cagatintas empleados formulan frases para la “épica” (claro que sin pueblo) en la misma categoría que el “fútbol para todos” y la vergüenza del tinellismo. Y las “épicas” pierden ante estos últimos.
La payasada malvinera del Gobierno se agotó en dos semanas. El Gobierno con la guitarrita de León Gieco, el pianito de Fito Paez y la voz impostada de Mercedes Sosa se puso a reclamar Malvinas sin cartuchos. ARGENTINA DEBE ARMARSE. EL IMPERIALISMO INGLÉS ENTIENDE UN SOLO LENGUAJE Y HAY QUE HACÉRSELO ESCUCHAR. ¿O el Gobierno pensaba recuperar nuestras Malvinas con un aviso publicitario?
En dos semanas se agotó la “épica” de YPF cuya estatización parcial encubre otras situaciones delictivas - como la estatización de Aerolíneas Argentinas (en ambas hizo sentir su incapacidad el “rabanito” KISCILOFF) – ¿Y el resto de YPF? (¿Quién persigue a los Eskenazy? ¿De quien son testaferros? ¿De los Kirchner? ¿De los ingleses? ¿De ambos?). La estatización parcial de YPF (que no es lo mismo que nacionalización integral), símbolo como Aerolíneas Argentinas de la corrupción de la democracia, contó con el patrioterismo encendido de los payadores radicales, de la senilidad “socialista” de Pino Solanas y de los acomodaticios de siempre que por no posar de “antinacionales” (¿más?) convalidaron el desastre energético y blanquearon la entrega del patrimonio nacional continuado por los Kirchner desde los años 90.
En dos semanas se agotó la épica de Angola.
Extrañamente, creyeron que los angolanos eran tarados porque eran morochos. Extrañamente la fracasada visita llevó a nuestra Presidente a solidarizarse con los angolanos porque habrían sufrido, como nosotros, una “guerra civil” victimas (como nosotros) en un campo de batalla de la “guerra fría”. Sospechamos que, salvo que se trate de una manifestación de la logorrea, Firmenich, Perdía, Vaca Narvaja, Garré, Anguita y otros delincuentes de los 70 se habrán puesto muy nerviosos. ¿Guerra civil? Entonces formaron parte de un bando y le son aplicadas las reglas por delitos de lesa humanidad (como a los líderes de Sendero Luminoso en el Perú) ¿Guerra fría? Entonces estaban alineados con los rusos y como tal igualmente cipayos como la Junta Militar, alineados con los Estados Unidos. Doblemente repudiables.
Extrañamente nadie recordó el reclamo por los derechos humanos que, a poco de asumir Cristina Kirchner su primer mandato, le hizo al Dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo acusado de salvajadas varias y que gobierna el feudo desde 1979 después de un golpe de Estado. Probablemente nuestra Presidente y su Ministro de Relaciones Exteriores, piensan que el Dictador de Angola “asesina más suave”.
Los relatos de las “épicas” en manos de farsantes traen estas consecuencias: Fracaso, fracaso y más fracaso.
“LA CAMPERITA” Y LA HISTORIETA
“La memoria no es Historia. Es venganza”
Fidel Castro
Todo proceso político sueña –a contramano de las posibilidades históricas- con perpetuarse generacionalmente. Para ello van “preparando” a los más jóvenes –generalmente parientes, amigos, aunque no se descartan amantes, “amigos íntimos”, socios en el delito, etc.- con la esperanza de que atiendan (cosa que raramente sucede) a los viejos una vez que cayeron del pedestal. En nuestro puerto colonial tuvimos a la “Coordinadora” radical, a los “jóvenes brillantes” del menemismo inyectados con hormonas de la UCD, y ahora a los (no tan) muchachos de “La Cámpora”; como los anteriores, de triste memoria en la bolsa de desperdicios de la historia local. Todos se auto atribuyeron el carácter de “militantes” y de “cuadros”, y soñaron (algunos lo siguen haciendo) con una sociedad dirigida por ellos al compás que las órdenes cuasi-militares que impartirían.
En “La Cámpora” que en realidad debiera llamarse “la camperita” (2) se aúnan en forma sintetizada los males promovidos por el Gobierno: incapacidad, colonialismo, delirio ideológico, reproducción de males estructurales de la acción política (compra de voluntades, felpudismo político, desangramiento del pueblo, hundimiento de los más marginados) todo ello revestido por la “épica” de la historieta: La asimilación irrespetuosa del ex Presidente Néstor a un “héroe” de historieta patentiza las limitaciones ideológicas de este grupúsculo. La tragedia argentina de los 70 –cuya historia se está escribiendo sin prisa pero sin pausa en clave histórica y no de manipulación de la memoria-, es sintetizada por estos faquires doctrinarios (y me refiero exclusivamente a los de “buena fe”) en la figura del “Eternauta” de Oesterheld. De este modo la creación ficcional en clave “revolucionaria” de Oesterheld –uno de los tantos fracasados de los 70 y bien vale recordar que Juan Salvo (“El Eternauta”) también es un fracasado- es traspolada a hecho histórico con fines propagandísticos. Es decir la falta de respeto a Néstor Kirchner es acompañada, además, por la celebración del fracaso.
MENEM PADRE DE LA RECUPERACION DEMOCRATICA
Aliado al kirchnerismo para escaparle a la celda VIP el ex Presidente Menem ostenta el merecido título de “padre de la recuperación democrática”. A diferencia de sus aliados actuales, el “musulman” estuvo preso y encabezó la represión legal a los militares sediciosos. Sin el Menem de fines de los 90 metiéndole bala a los Seineldin y Cia. hoy estaríamos ante un kirchnerismo nonato. No es mera ucronía. Gracias a Menem, de quien el actual Gobierno más allá de la fraseología para la gilada, es albacea, legatario y continuador REAL, POR PRIMERA VEZ una fracción de la clase media baja tomó los poderes públicos sin la presencia ominosa y amenazante de la estructura militar. Entre sus resultados tenemos que tanto Menem como sus continuadores no reestructuraron las fuerzas armadas nacionales, dejando al País en la indefensión. Lo grave es que, si hacia fuera no podemos protegernos ni de los bolivianos, hacia adentro los gobiernos están en manos de las policías locales. Si no, que lo niegue Scioli. Aprender de la experiencia ajena no solo no es malo sino que es excelente, por el bajo costo: recordemos al frankenstein cultural doctorado en Illinois, Rafael Correa, Presidente de Ecuador secuestrado por su Policía, y quien terminó rescatado por el ejército ecuatoriano.
Los males del desarme son demasiados, por eso insistimos ARGENTINA DEBE ARMARSE.
DE LA “ESCUELITA LANATA” AL “DÓLAR CULTURAL”
(SIN OLVIDAR A REPOSO)
En el reparto de hacienda entre el “oficialismo” y la “oposición” las vacas sagradas del “periodismo” van cruzando los alambrados de conformidad a la gordura del pasto. Los viejos socios (Kichner/Clarín) hoy entretienen a los ociosos: exhiben una pelea sin consecuencias que al oligopolio (creado por Menem, sostenido por Kirchner) le permite hacer negocios y al Gobierno ocultar sus inutilidades bajo el aspecto de conspiración ajena.
Muchos “progresistas” de hace menos de una década, concretamente los alumnos de la “escuelita Lanata” (Marcelo Zlotogwiazda, Tenenbaum, Maria Julia Olivan, entre otros) se pasaron con escasas vacilaciones y sin grandes tropiezos espirituales ni materiales al bando contrario. Algunos, mas pudorosos, como Ernesto Tenenbaum escribieron “¿Qué les pasó?”. Claro que aquí no se sabe si dar curso a la piedad o al asco: ¿puede un periodista con el cúmulo de datos que maneja desconocer que a los Kirchner no les pasó nada y que el palabrerío del matrimonio era solo el camuflaje que permitía engañar a los Tenenbaum? ¿No es ésta la actitud religiosa (Credo quia absurdum)? Hoy, el predecible Lanata es la versión opositora de Tinelli: es una de las “espadas” para amasar giles. Porque el mal no es el Gobierno. El mal es el sistema de gobierno y el sistema de representación política: Ahí, nadie dice nada: ni Clarín/La Nación con su La nata, ni el “grupo Kirchner” con su Tinelli.
El fracaso estrafalario de la postulación de Reposo al cargo vacante luego de la expulsión destemplada de Esteban Righi (a quien la “oposición” peronista, con lágrimas de cocodrilo consideraba una especie de mártir, omitiendo su pasado de traición al peronismo) postula una vez más el reconocimiento que los propios kirchneristas se adjudican: especialistas en tirarse tiros en los pies. Aunque el reclamo tiene un costado sofista, cabría preguntarse cuantos tiros soporta un pie… Reposo es otro eslabón en la cadena de mentirosos, incapaces, nepotistas, felpudos, estafadores de la voluntad popular: Pongamos como ejemplo a Romina Picolotti en medio ambiente, a Lousteau y Boudou en economía, al nuevo Secretario de Transporte que no sabe lo que es un tren, a la totalidad de los ministros (los idos y los actuales). Y nombramos solamente a los que por diversos motivos nada bondadosos están todavía en la memoria popular.
La indiferencia de grado entre la “clase” política (lo de clase es una metáfora ya que no actúan con ese talante, sino con el de banda) al momento de calificar el desmadre monetario como un “problema cultural”, rebela que sus integrantes son todos pescados de la misma palangana subidos a la misma chata arenera para salvarse.
Cualquier humano busca en el capitalismo al que pertenece una reserva de valor cuando su moneda (su capacidad de compra presente y futura) se va licuando. ¿Qué atesoran los norteamericanos?: Dólares. ¿los europeos (hasta los más crotos: españoles, portugueses, italianos y griegos)? Euros ¿Los brasileros? Reales. ¿Por qué? Simplemente porque confían en sus gobernantes, en su moneda o porque no tienen más remedio. Aquí no se confía en el gobernante, la moneda se deprecia por la incapacidad del gobernante y el remedio que el mismo gobernante propone es el dólar sin nada a cambio. El burdo reclamo de pesificación (legítimo si fuera racional) consiste en obligar a comer bofe hervido –después de medio siglo-a un vegetariano: vomita.
Suponer que el desastre monetario es responsabilidad de los grupos concentrados de los medios de comunicación, es como afirmar que los guardaespaldas del programa “6,7,8” van a dar la vida por Cristina Kirchner cuando ella ya no esté. ¿Qué hizo mal el gobierno Kirchner para llegar al desastre? Todo: dilapidó ingresos, subsidió ineficiencias (con todas las corruptelas imaginables, desde el trasporte público hasta los “derechos humanos” pasando por el subsidio al desempleo estructural y la “cultura” infradotada de la vagancia)(3), corrompió voluntades en particular la de los cuzquitos de los “medios”, corrompió a los pícaros-delincuentes del fútbol, a los delincuentes de la minería a cielo abierto, a los protagonistas de los“espectáculos” populares (4)…
ENTRE LA DEMOCRACIA Y LA DICTADURA
Las cotidianas violaciones a la ley por parte de los funcionarios estatales (“la cabeza”) y de allí para abajo, van transformando al país en un amontonamiento de gente en un territorio, con lazos entre sí cada vez más débiles, sin proyecto, sin reglas y con la desprotección cotidiana –cada vez más severa- de los más indefensos. La destrucción de las normas de referencia (morales o legales), la falsificación de las palabras y el contrabando de ideas innecesarias no solo destruyen sin prisa pero sin pausa el sistema democrático-electoral en el que estamos sino que preparan el terreno para algo peor.
La experiencia histórica, aunque nunca es absoluta, nos hace temer que la caída del banquito (con la soga al cuello) de la inutilidad gobernante traerá días aciagos con escasas posibilidades del sistema normativo vigente de regenerarse. Es decir, la capacidad de procesar el poder real resultante del desquicio sobrevivientes, con las estructuras institucionales que aún tienen vigencia.
Esta falsificación democrática que vivimos (la estafa a la voluntad popular) está preparando el camino a una supresión de la libertades civiles que probablemente viviremos (el secuestro de la voluntad popular).
Este indeseable camino solo puede ser paliado por el propio pueblo, forzando una mayor participación en las propias instituciones, las del Estado y las de la Sociedad Civil que les resultas útiles (no el curro de las ONG´s), aún a costa de tener que derivar en la resistencia civil a la opresión.
(1) La acumulación inconexa de palabras y la huida del sentido es un síndrome literario del pseudo-progresismo sudamericano. Un ejemplo pavoroso lo da la chilena Diamela Eltit, celebrada por ser “mujer”, “escritora” y de “izquierda”. Si bien lo único acreditado es la primera y la última de las calificaciones lo cierto es que, en realidad, Diamela Eltit en la Argentina se hace llamar Horacio González.
(2) Recuerdo que en la etapa final de la dictadura uruguaya, un pequeño grupo de la Juventud del Partido Nacional se reunía en un boliche (“El Lobizón”) cerca de la Plaza Cagancha de Montevideo, algunos munidos de armas cortas ¡calibre 22!, todos con camperas de color negro, autoproclamándose “peronistas uruguayos”. Creían que eran “revolucionarios”. El colmo de la alienación. Eran los de la “camperita”. Como los nuestros: “La Camperita”. Claro que los charrúas eran más dignos: no le comían el riñón a su propio pueblo en forma de sueldos y subsidios.
(3) Decimos “cultura” infradotada porque ya se percibe la transmisión de los “saberes” de la vagancia, de padres a hijos (dentro de poco, a nietos).
(4) Esta acusación alcanza a los Sergio Massa y a los Mauricio Macri: el primero con 23 villas miserias en Tigre y el segundo con más de diez mil mendigos a la intemperie nocturna, dilapidan impuestos en fiestitas a las que califican de “populares”, carreras de autos y sesiones de jazz!! escondiendo el hambre, la marginación y, como no, el negocio.